Aunque el desarrollo de las construcciones corresponde a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el trazado urbano presenta un plano en damero con manzanas regulares de forma cuadrada perfecta, respetando el diseño original que corresponde al desarrollo urbano utilizado por la corona española en América desde el inicio de la conquista.
El conjunto urbano de Montecristi, está compuesto por viviendas de madera de una y dos plantas conteniendo elementos similares a la arquitectura de la época que se encuentra en otras islas del arco antillano. En esta se destacan los techos inclinados (a varias aguas), las galerías perimetrales, buhardillas, guardamalletas, prevaleciendo los elementos que le dieron unicidad a la arquitectura antillana y que sirvieron de ejemplo para el desarrollo de la arquitectura popular dominicana.
Descripción:
El Parque Nacional del Este describe un espacio en forma trapezoidal con áreas terrestres y marinas, que incluye a la isla Catalinita y a la isla Saona, esta última único lugar habitado dentro de la reserva natural. Según la Ley no. 202-04 posee un área total de 796.40 km2 (414.62 km2 de área terrestre y 381.78 km2 de área marina). Ocupa unos 305.06 km2 de la provincia La Altagracia y unos 109.55 km2 de la provincia La Romana.
El Parque es un territorio muy poco modificado que resguarda una de las áreas protegidas más importantes del archipiélago caribeño. En su interior se representan tres zonas de vida: el bosque húmedo subtropical, el bosque seco subtropical y el bosque de transición entre los dos anteriores. Los bosques sobre roca ocupan una superficie de más del 80%, mientras los bosques de manglares cubren las zonas costeras pantanosas.
El clima es tropical húmedo. Se caracteriza por ser cálido y tener a la vez mucha precipitación de lluvia.
La flora y la fauna del Parque Nacional del Este han sido estudiadas extensamente. Se han catalogado más de 570 especies, de las cuales cerca de 60 son endémicas. La vegetación es rica y diversa.
El Parque no solo es abundante en biodiversidad, también resguarda importantes yacimientos arqueológicos protegidos en un sistema de más de 20 plazas ceremoniales, 8 cementerios aborígenes y 27 cuevas reportadas, junto a otros tantos yacimientos arqueológicos, en los cuales se han encontrado manifestaciones culturales de los diversos grupos aborígenes que poblaron la isla en el período precolombino.
Hasta el momento, los principales sitios de arte rupestre identificados en el Parque Nacional del Este son:
· Cueva de José María
· Cueva de Ramoncito
· Cueva del Puente
· Cueva de Bienve
· Cueva de Panchito
· Cueva de Pilón
· Cueva del Huracán
· Cueva de la Havilla
· Manantial de Chicho
· Manantial de Chicho II
· Manantial Cayuco
· Manantial de la Lechuza
Las expresiones de los primitivos habitantes del lugar comprenden petroglifos y pictografías, alguno de estos con temas alusivos a la vida diaria, creencias religiosas y al intento por comprender los fenómenos del mundo conocido por estos. Además de la inmensa riqueza de arte rupestre, los hallazgos de las exploraciones realizadas en las diversas cuevas y en la isla Saona dan cuenta de la presencia de objetos fabricados en cerámica, piedras y otros minerales.
El Parque Nacional Histórico y Arqueológico de Villa de La Isabela es un lugar de alta significación histórica pues alberga los restos de la primera villa fundada por los europeos en el continente americano. En la actualidad se trata de un conjunto compuesto por tres zonas principales que se complementan entre sí:
Núcleo arqueológico, de aprox. 8 hectáreas (81,344m2), de las cuales unas 4 hectáreas pueden ser visitadas.
Tanto las fuentes históricas como las investigaciones arqueológicas coinciden en que el poblado principal funcionaba como asentamiento militar y estaba rodeado de un muro construido para protección. En el interior se ubicaban cinco edificaciones de piedra distribuidas en una extensión aprox. de 2 hectáreas: la casa del Almirante, el almacén real o alhóndiga, el polvorín, la iglesia y la torre vigía. A estas estructuras se le sumaba originalmente un conjunto de chozas de madera y techo vegetal (similares a los bohíos taínos) cuyos rastros ya no son visibles y un cementerio con enterramientos indígenas previos a la conquista que fue también utilizado para enterramientos cristianos de la época colonial. Siguiendo la línea de la costa, a unos 200 metros al sureste de la casa del Almirante, se localiza el acantilado que sirvió de cantera para extraer la roca utilizada en las construcciones.
A unos 2 km. del asentamiento militar, en la margen oeste del río Bajabonico, se encontraba el asentamiento civil, área también ocupada por los españoles y aparentemente utilizada para las actividades agrícolas y ganaderas. Se encontraron en los alrededores algunos hornos de alfarería utilizados para la fabricación de tejas y ladrillos. Actualmente, el lugar se conoce como Las Coles.
Facilidades del Parque, de tamaño similar al núcleo arqueológico. Se componen de 26 edificaciones de diversos tamaños que albergan las facilidades administrativas, de exhibición y de recreación del parque, hoy en vías de recuperación. Su construcción fue financiada por el gobierno español en el marco de la celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento. Incluyen un museo de sitio, laboratorios, biblioteca, talleres artesanales, muelle y otras estructuras de soporte a la visita. Estas áreas se encuentran cerradas al público.
Área protegida complementaria, de aprox. 44 hectáreas, que circunda las zonas antes mencionadas. Allí se han identificado varios asentamientos hispánicos (Laguna Grande y Dieguito) e indígenas (en Loma Candelón, Las Paredes, La Landra y Laguna Playa), algunos de estos últimos de épocas previas a la colonización española. Las evidencias arqueológicas indican además que el área de La Isabela estuvo habitada por al menos dos grupos aborígenes diferentes (taínos y macorixes) que compartieron territorio con los españoles durante los 4 años en que la villa estuvo poblada.
Adicionalmente a estos hallazgos arqueológicos toda el área es de interés ambiental gracias a sus paisajes naturales con valles y acantilados, a las diversas especies de manglar que pueblan las desembocaduras de los ríos Unijica y Bajabonico y a su característica costa de arrecifes coralinos.
Descripción:
La Concepción de La Vega fue fundada a los pies del Santo Cerro como uno de los primeros fuertes construidos por los conquistadores en la isla de Santo Domingo antes de la fundación de la Ciudad de Santo Domingo.
Es un sitio arqueológico parcialmente excavado abierto a los visitantes desde el 1980.